Colección de relatos territoriales del conflicto armado.
Rica en ríos, bosques, selvas y minas de oro, la región también posee el puerto marítimo más importante del país. Ello la ha hecho atractiva a las élites empresariales y a los agentes del conflicto armado, que han afectado a sus pueblos étnicos.
En esta región, dos grupos étnicos –afros e indígenas– han enfrentado la amenaza a sus territorios ancestrales. Control de tierras productivas, narcotráfico, protección de la propiedad privada y lucha contrainsurgente han sido factores de violencia.
Presidida por los volcanes Puracé, Sotará, Cumbal y Galeras, así como por el Macizo Colombiano, esta región de territorios ancestrales ha visto despojos, lucha por la tierra, narcotráfico y violencia causada por todos los actores del conflicto.
A la Amazonía, en principio casi inaccesible, los problemas entraron desde fines del siglo XIX con invasores que llegaron a explotar sus recursos naturales. A ello se sumó luego el conflicto armado, que también atropelló a sus pueblos originarios.
La colonización espontánea y dirigida arrolló la nativa cultura indígena de esta región –que era uno los marginados “territorios nacionales”– y trajo aquí todos los males sociales y políticos de la Colombia central, incluido el conflicto armado.
Esta región, rica en petróleo, debe además su importancia económica, política y social a su activa zona fronteriza con Venezuela y a la diversidad de sus ecosistemas, que comprenden la cordillera Oriental de los Andes y los Llanos Orientales.
En la Región Central de Colombia se aglutinaron los hechos principales de la historia de la guerra y de la paz de nuestro país desde el segundo tercio del siglo XX. Tres generaciones de campesinos sufrieron las terribles vicisitudes de ese proceso.
Destino: la ciudad. Sí, a partir del Frente Nacional, varios cambios –crecimiento demográfico, aumento de su población universitaria, movimientos de protesta, guerrillas urbanas– les dieron a las ciudades más protagonismo en la historia del país.
El Magdalena Medio es una de las zonas del país donde el conflicto armado se ha vivido con los mayores niveles de brutalidad. Con todo, campesinos, obreros y estudiantes configuraron allí uno de los más poderosos movimientos sociales del siglo XX.
La Región Caribe, dotada de una gran riqueza natural y cultural –fruto, esta última, de su gran mixtura étnica–, ha sufrido siempre, sin embargo, una severa desigualdad social, lo que no le ha permitido ser ajena al conflicto armado.
Por su ubicación en “la mejor esquina de América” y ser un corredor crucial para el acceso a los dos mares, la región noroccidental ha sido escenario de una violenta disputa y un lugar clave para la construcción política y económica de la nación.
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