Bajo la premisa de “civilizarlos”, estos vastos territorios poblados por indígenas fueron ocupados por colonos blancos que, por una parte, impusieron sus actividades económicas (en particular, la ganadería) y, por otra, evangelizaron a los nativos. Ir al capítulo
La Violencia esparció por aquí las guerrillas liberales de Guadalupe Salcedo y las “columnas en marcha” de los desplazados del centro del país. Núcleos comunistas prohijaron a las Farc; en 1981, llegó el M-19 y, con este, el Estatuto de Seguridad. Ir al capítulo
En los 70, la industria de la cocaína (cuya máxima expresión, aquí, fue Tranquilandia) originó fenómenos que transformaron para mal la región: paramilitarismo, expansión de las Farc y deformación de la cultura productiva de los indígenas. Ir al capítulo
Dos hechos marcaron con hierro la región: los diálogos del Caguán, que robustecieron a las Farc, y la retoma de la zona de despeje por parte de las FF.AA., que permitió a las AUC agrandarse. La gran mancha: la masacre de Mapiripán en 1997. Ir al capítulo
De los campos de coca afloraron graves problemas en el siglo XXI: protestas campesinas contra la aspersión de glifosato, fracaso del plan para sustituir tales cultivos, rearme de los disidentes del Acuerdo de La Habana para seguir en el narcotráfico. Ir al capítulo