Mientras las guerrillas retomaron el trabajo político intimidando comunidades, incorporando a menores de edad, realizando extorsiones económicas y presionando a las administraciones municipales, la Fuerza Pública se desplegó por los pueblos, promovió las fumigaciones aéreas con glifosato y estigmatizó a la región a y su gente como “territorios cocaleros” y “de narcoguerrilleros".
Voces y relatos que complementan la temática.
El entramado de la parapolítica en Santander
Un canto a la tragedia de El Congal
La presencia del Ejército se fortaleció y con ella aumentaron los retenes, los controles a la movilidad, a la compra de mercado y medicinas. Los ciudadanos seguían siendo sospechosos de auxiliar a las guerrillas. Los enfrentamientos se realizaban en los pueblos cerca de viviendas, escuelas, puestos de salud y tiendas cooperativas. Se afectaron comunidades como las de Cuatro Bocas, San Lorenzo, Yanacué, Coroncoros y la Victoria de Yondó en 2003. El resultado eran viviendas destruidas, gente con esquirlas, vacas y marranos muertos.
Contenido cualificado que amplía la temática.
Los hijos de la guerra
Paramilitares y narcos se tomaron el rol del Estado
Voces y relatos que complementan la temática.
La cultura ribereña que nos une
Acuerdos por el agua y la paz
La región se transformó con la llegada de miles de desplazados por La Violencia, que colonizaron tierras y apoyaron las luchas lideradas por la USO. La fuerza pública incrementó mucho su presencia, máxime con la aparición del ELN en Simacota. Ir al capítulo
La UNO, alternativa política para trabajadores petroleros y campesinos, sufrió fuerte represión. Estalló el Paro Cívico de 1977; el Gobierno respondió con dureza. Los narcos y las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio caldearon más el clima. Ir al capítulo
El ELN y las Farc incursionaron en el sur de Bolívar en pos de los cultivos de coca. Sometieron a los campesinos y actuaron como Estado. En la región, la UP también fue perseguida a muerte. En 1987, el Paro del Nororiente terminó en masacre. Ir al capítulo
El 16 de mayo de 1998, los paramilitares cometieron una atroz masacre en Barrancabermeja. Las guerrillas, por su parte, además de sabotear las elecciones, también sometieron a los campesinos a la brutalidad. Por el río Magdalena bajaban cadáveres. Ir al capítulo
La Seguridad Democrática generó nuevas violencias en la región. La más siniestra fue la de los “falsos positivos”. Políticos y paramilitares se aliaron. La desmovilización de las AUC y luego el Acuerdo de Paz de La Habana fueron bien acogidos. Ir al capítulo