Entre 1972 y 1983, miembros de las Fuerzas Militares desaparecieron 42 miembros de la UNO, detuvieron 629 personas, asesinaron 171 y se presentaron 113 desplazamientos forzados. Los municipios más afectados fueron Cimitarra, Barrancabermeja, Bucaramanga, Puerto Berrío y Puerto Nare.
Voces y relatos que complementan la temática.
El genocidio político de la oposición
La UNO y el exterminio de sus integrantes
Contenido cualificado que amplía la temática.
Hostigamiento a campesinos, exilio y guerrilla
La huelga del 25 de agosto de 1977 fue promovida por la USO y recibió tratamiento militar al ser considerada por las Fuerzas Armadas y por el gobierno nacional parte de los planes de la subversión. Durante los 67 días que duró la huelga, gran parte de los obreros salieron de la planta y las mujeres de los clubes de amas de casa lideraron la toma de tierras del sector nororiental, junto con la Pastoral social de la iglesia y la ANUC. Jóvenes y estudiantes militantes del MOIR, del PCC y de las Juventudes Camilistas también se unieron a la protesta.
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¿Qué originó el paro cívico nacional de 1977?
Víctimas de la Unión Nacional de Oposición
Altos mandos de las Fuerzas Militares, apoyados jurídicamente en la Ley orgánica de defensa nacional de 1968, implementaron el entrenamiento y equipamiento de grupos de autodefensas que comenzaron a acompañar las labores del Ejército para ubicar y perseguir las guerrillas presentes en la región.
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El silenciamiento de Puerto Boyacá
Una guerra en el sur del Bolívar
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El plan piloto paramilitar
Varias autodefensas se narcotizaron
Las negociaciones de paz durante el gobierno de Belisario Betancur (1982-1986) y la creación de partidos políticos alternativos producto de las negociaciones de paz fueron muy importantes para la región. Las propuestas alternativas encabezadas por el Frente de Izquierda Liberal Auténtico (FILA) desde 1978, la Unión Patriótica (UP), desde 1985, entre otras, tomaron fuerza a mediados de la década de los ochenta. Alianzas entre algunos miembros de los Partidos Liberal y Conservador, las Fuerzas Armadas en el Magdalena Medio y narcotraficantes llegados del cartel de Medellín, frenaron la esperanza de la democratización que se abría y le dieron un nuevo aire a la estrategia contrainsurgente.
La región se transformó con la llegada de miles de desplazados por La Violencia, que colonizaron tierras y apoyaron las luchas lideradas por la USO. La fuerza pública incrementó mucho su presencia, máxime con la aparición del ELN en Simacota. Ir al capítulo
La UNO, alternativa política para trabajadores petroleros y campesinos, sufrió fuerte represión. Estalló el Paro Cívico de 1977; el Gobierno respondió con dureza. Los narcos y las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio caldearon más el clima. Ir al capítulo
El ELN y las Farc incursionaron en el sur de Bolívar en pos de los cultivos de coca. Sometieron a los campesinos y actuaron como Estado. En la región, la UP también fue perseguida a muerte. En 1987, el Paro del Nororiente terminó en masacre. Ir al capítulo
El 16 de mayo de 1998, los paramilitares cometieron una atroz masacre en Barrancabermeja. Las guerrillas, por su parte, además de sabotear las elecciones, también sometieron a los campesinos a la brutalidad. Por el río Magdalena bajaban cadáveres. Ir al capítulo
La Seguridad Democrática generó nuevas violencias en la región. La más siniestra fue la de los “falsos positivos”. Políticos y paramilitares se aliaron. La desmovilización de las AUC y luego el Acuerdo de Paz de La Habana fueron bien acogidos. Ir al capítulo