Distintos frente de guerra incendiaron el país: secuestros, magnicidios, terrorismo urbano y un genocidio político. Con todo, hubo dos hechos promisorios: el desarme de varios grupos armados (incluido el M-19) y la Asamblea Nacional Constituyente.

Muerto Pablo Escobar, la alianza de sus enemigos, los Pepes, evolucionó en grandes estructuras paramilitares. El Gobierno se alió con ellas para pacificar a la fuerza a Medellín. Los desplazados originaron la segunda masiva urbanización de Colombia.

Con horror, la fuerza pública cruzó la línea con operaciones brutales en comunas de Medellín y ejecutando a más de 6.000 civiles. Los paramilitares controlaron los cargos de elección popular. Luego se desarmaron, pero sus estructuras se reciclaron.

Los estudiantes lideraron grandes movilizaciones, tales como los paros nacionales de 2018, de 2019 y, sobre todo, del 28 de abril de 2021. Gracias al Acuerdo de Paz de 2016, pudieron exigir la solución de problemas distintos al conflicto armado.

La pacificación del Frente Nacional quedó atrapada en la Guerra Fría. Si bien logró modernizar parcialmente el Estado y permitió la integración de los liberales a la democracia y la alternancia entre los dos partidos sin violencia, la construcción...

Un hito que marcó la guerra de guerrillas en el mundo fue la Guerra de Vietnam. En ese marco internacional se desarrollaron los primeros años de la insurgencia colombiana.

Excluidos por el Frente Nacional, los obreros bananeros de Urabá se sindicalizaron para luchar y los campesinos de Córdoba se apoyaron en las Juntas Patrióticas de Liberación y en el EPL. Surgió en la región una primera ola de paramilitarismo.

Años 70: los narcos llegaron a Urabá; con ellos, el MAS y otros grupos paramilitares. El Frente Popular, ¡A Luchar! y la UP fueron la primera fuerza electoral del eje bananero y del sur de Urabá. El horror: masacres en fincas de Turbo y en Segovia.

Paramilitares y guerrilleros se hicieron mucho más brutales. Cometieron masacres, desplazamientos forzados y despojos de tierras. Pero las resistencias también se fortalecieron: en 1995 llevaron a la Alcaldía de Apartadó a Gloria Cuartas.