Voces y relatos que complementan la temática.
Silvio, líder campesino de Leiva
Nohora, lideresa comunal de Policarpa
La primera elección popular de autoridades locales sucedió en 1988 y fue resultado del acuerdo de paz firmado en La Uribe, Meta, entre el gobierno de Belisario Betancur y la guerrilla de las FARC. Hasta ese momento, los alcaldes eran designados por los gobernadores, y estos, a su vez, por el presidente de la República.
Los indígenas fueron despojados de sus territorios por latifundistas blancos y mestizos, y reducidos a la condición de “terrajeros” (aparceros). Pero en 1959 crearon un sindicato agrario que, en 1963, logró la primera redistribución de tierras. Ir al capítulo
Las comunidades indígenas y negras vieron llegar las guerrillas –Farc y ELN– entre finales de los 70 y comienzos de los 80. La UP tomó tanta fuerza que en Leiva (Nariño) los tres primeros alcaldes populares fueron de este partido. Ir al capítulo
La UP fue una puerta cerrada a sangre y fuego. Luego, la Asamblea Nacional Constituyente acogió a un líder indígena del sur de Nariño. La nueva Constitución reconoció los territorios ancestrales, pero nuevas violencias dificultaron su recuperación. Ir al capítulo
Sin apoyo del Estado, los campesinos recurrieron a la siembra de coca en la cordillera del Patía y en la selva del Pacífico. Pero fueron asediados por las Farc, la fuerza pública y los paramilitares, que luego se desmovilizarían. Llegó el glifosato. Ir al capítulo
Desde 2006, se repitieron las protestas contra la aspersión de glifosato, que también dañaba los cultivos de pancoger. El Acuerdo de Paz con las Farc abrió nuevos horizontes, pero los grupos disidentes llegaron para controlar el negocio de la coca. Ir al capítulo