Campesino cocalero cuenta cómo fueron sus inicios en estos cultivos:
«…uno empezó con mucho temor, porque como que no quiere ir en contra de la ley, ¡pero había una situación tan crítica! Estábamos aguantando hambre, porque uno trabajaba y comía lo que el campo producía pero no se veía un peso. Desnudos, sin vivienda, nada, y llegó como una oportunidad. Entonces uno sabiendo que estaba haciendo algo que no era debido, la necesidad lo obligaba, prácticamente, y después de que se metió, ya se quedó sabiendo a bueno y siguió. [...] Eso era muy clandestino en esa época, la transportaban de noche, uno se comprometía a recibirla, era todo muy, y oculto y entonces la gente que cultivábamos éramos poquitos».