La dinámica de la reconfiguración violenta de los territorios, el despliegue de grupos armados organizados y la disputa territorial por el control de economías ilegales y legales, son la base para comprender el fenómeno de la persistencia del conflicto armado en Colombia.
Desde la desmovilización de las AUC y el BCB, en algunos corredores y lugares estratégicos de la geografía nacional se han reconfigurado las organizaciones paramilitares. Una de esas zonas claves es el triángulo conformado por el Bajo Cauca antioqueño, el sur de Córdoba y norte de Antioquia. En dicho corredor hoy hacen presencia el Clan del Golfo (también denominado Autodefensas Gaitanistas de Colombia) y una de sus antiguas estructuras conocida como Los Caparros o el Bloque Virgilio Arenas Peralta. Así mismo, en esta región hacen presencia frentes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de los frentes 18 y 36 de las extintas FARC.
Para comprender la trayectoria histórica de las AGC es importante situar el corredor denominado Media Luna Norte, integrado por el Bajo Atrato, el Urabá antioqueño, los territorios del Nudo del Paramillo, el Bajo Cauca y el sur de Córdoba (subregiones del Alto Sinú y Alto San Jorge). Si bien las AGC han tenido un despliegue sectorizado a nivel nacional, su trayectoria y bastión político - militar se ha concentrado en esas zonas de la región noroccidental.
Fuente: Fundación Paz y Reconciliación. Más sombras que luces: La seguridad en Colombia a un año del gobierno de Iván Duque, 2019. Pg. 48
De acuerdo con Ideas para la Paz, el Clan del Golfo se consolidó como la organización criminal más especializada que existe en todo el continente americano, ya que: “Controla por lo menos el 45 % de la salida de droga del país hacia el resto del mundo, decenas de minas de oro ilegal y extorsiones en ciudades y zonas urbanas. Opera en más de 200 municipios, pero influye fuertemente en unos 142”.
Sin embargo, las propias disputas por el control territorial desde el año 2017, ha desencadenado un cambio en las modalidades de violencia por parte de las AGC y Los Caparros. De acuerdo con el Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo, las disputas en las zonas del Bajo Cauca y del sur de Córdoba han incrementado considerablemente las tasas de homicidios, masacres y los desplazamientos forzados de comunidades campesinas y étnicas asentadas en estas regiones desde finales del año 2019.
Es importante mencionar que las AGC han tenido un control estratégico de la región del Nudo del Paramillo, pero en la actualidad es la subregión del Bajo Cauca antioqueño la que se considera la zona álgida de disputa territorial entre los actores armados ilegales. Una investigadora explicó a la Comisión:
“Si uno ve estadísticamente la conexión Bajo Cauca – Sur de Córdoba, hay relaciones porque los grupos son los mismos. Sin embargo, en Bajo Cauca se intensifica la violencia porque el corregimiento de Piamonte en Tarazá ha sido la sede de Los Caparros. La violencia se agudiza porque Los Caparros no quieren ceder su dominio a las AGC. Estas, vale decirlo, tienen mucha fuerza en el Urabá antioqueño. La disputa, sin embargo, se concentra en el Bajo Cauca, no en el resto del corredor”,
Durante el año 2018, el Bajo Cauca antioqueño registró el periodo más violento de los últimos seis años: producto del recrudecimiento de la disputa entre las AGC y Los Caparros por los territorios que dejaron las FARC-EP, aumentó en más de 150% los homicidios registrados en los municipios de Cáceres y más del 300% en Tarazá. Asimismo, la Defensoría del Pueblo expuso que entre 2017 y marzo del año 2020 en el Bajo Cauca Antioqueño se cometieron 1.057 homicidios, de los cuales aproximadamente el 90% correspondió a la modalidad sicarial en los centros urbanos y fueron perpetrados contra la población civil. Además, rntre 2018 y marzo de 2020 se registraron 13 masacres. Entre 2017 y el 31 de mayo del 2020, 50.483 personas fueron obligadas a salir forzadamente de los municipios del Bajo Cauca.
Para el caso del sur de Córdoba, en los municipios de San José de Uré y Montelíbano, entre el 1 de enero y el 31 de octubre de 2019 se presentó un incremento en el número de homicidios del 20% y el 44,83% respectivamente, al pasar de 15 a 18 homicidios en Uré y de 29 a 42 homicidios en Montelíbano. En Tierralta, Montelíbano, San José de Uré y Puerto Libertador durante el 2019 se presentaron 14 eventos de desplazamiento masivo que afectaron a 4.158 personas, incluyendo varias familias del Resguardo Embera Katío Quebrada Cañaveral, el Resguardo Embera de Dochama y algunas comunidades del Resguardo Embera Katío del Alto Sinú.
Tras la desmovilización de las AUC, en la subregión del Urabá, Bajo Cauca antioqueño y sur de Córdoba se desarrolló un entramado para la transformación y rearme de grupos bajo los intereses de antiguos comandantes paramilitares y narcotraficantes. Entre 2006 y 2009 se consolidaron las estructuras de los denominados Héroes de Castaño (bajo el mando de Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario) y Los Paisas; luego, entre 2009 y 2014 se consolidó el Clan del Golfo. Cuando ‘Don Mario’ fue capturado en el 2009, Juan de Dios Úsuga alias ‘Giovanni’ y Dairo Antonio Úsuga alias ‘Otoniel’ tomaron el mando, le dieron disciplina y adiestramiento militar a la estructura, gracias a la experiencia que adquirieron en el EPL y las AUC.
Durante el 2010 y 2011 se desarrollaron varias disputas territoriales entre el Clan y la alianza pactada entre Los Rastrojos y Los Paisas por el control de las rutas y zonas de comercio del narcotráfico, sobre todo en la zona del Bajo Cauca en conexión con el Nudo del Paramillo, el Golfo de Morrosquillo y el Golfo del Urabá, lo que aumentó considerablemente los hechos de violencia hacia la población civil por los constantes enfrentamientos entre los grupos armados ilegales. En el 2011 se dio una negociación conocida entre Rastrojos, Paisas y el Clan, a partir de la cual se logró un pacto de no agresión y distribución de territorios. La alianza pactada planeó -sin mucho éxito- direccionar los ataques contras las FARC-EP y obtener control sobre las zonas donde ellos operaban.
En 2012 el Clan contaba con alrededor de 2.000 hombres – muchos de ellos desmovilizados del Bloque Elmer Cárdenas, Bloque Centauros, Bloque Mineros y Bloque Norte de las AUC- y tenía presencia en 337 municipios. Ese año se reavivaron las disputas entre Rastrojos, Paisas y el Clan por el control territorial y la venta de franquicias del narcotráfico en el Bajo Cauca antioqueño y sur de Córdoba. Durante los años 2014 al 2015 la disputa entre estos actores se volvió insostenible y decidieron realizar un nuevo pacto de división de corredores y territorios; poco a poco el Clan comenzó a tener el control mayoritario de la región.
La ruptura de las AGC con el Bloque Virgilio Peralta Arenas (Los Caparros) se dio en 2017 y giró alrededor de la división en la cúpula. Por un lado estaba la facción encabezada por alias “Otoniel” y por el otro la del Bajo Cauca antioqueño “que era comandada por alias Roberto Vargas Gutiérrez, alias “Gavilán”, hasta cuando fue abatido en agosto de 2017 y ha tenido varias sucesiones de mando recientemente: su sucesor Luis Orlando Padierma, alias “Inglaterra”, fue abatido en noviembre de 2017; el siguiente sucesor en la línea del mando militar, Arístides Mesa, alias “El Indio”, cayó en marzo de 2018. Posteriormente Carlos Antonio Moreno Tuberquia, alias “Nicolás”, fue capturado el 5 de agosto de 2018 [luego quedó Emiliano Alcides Osorio Maceo alias Caín o Pilatos, junto con alias Flechas (jefe de sicarios) y alias Ratón]. Dicho sector tiene como principal objetivo el control del narcotráfico", se lee en un informe de Análisis Urbano.
Esta ruptura también estuvo marcada por la ruta de sometimiento individual a la justicia (Ley 1908 de 2018 y en la actualidad con el Decreto 965 del 7 julio de 2020). Alias Otoniel estuvo dispuesto a negociar con el gobierno nacional, pero alias Gavilán no estuvo de acuerdo. La división al interior de las AGC y la conformación de Los Caparros ha desencadenado una serie de disputas territoriales y una guerra sin cuartel en Tarazá, Cáceres, Caucasia y otros lugares de la región.