En enero de 1978, cuatro meses después del paro cívico de 1977, las FARC realizaron su Sexta Conferencia, donde adoptaron un plan estratégico para la toma del poder. La tesis subyacente a esta decisión era que con el paro de septiembre el pueblo demostraba que estaba listo para la insurrección: faltaba la vanguardia armada.