Este se puede caracterizar como un ciclo de profundización del descontento social y consolidación de la insurgencia, con una respuesta represiva por parte del Estado colombiano, el cual seguía la doctrina de seguridad de Estados Unidos y, por ende, también inició la guerra contra las drogas. Esta guerra intentó ser resuelta a lo largo de estos años, en un contexto regional que se debatió entre la revolución y las negociaciones. A finales de los años setenta se catalizaron los factores determinantes del conflicto armado interno que tendrá el país hasta 2016. Se configuraron y fortalecieron los principales actores: guerrillas, paramilitares, narcotráfico y Estado. Los narcotraficantes buscaron incorporarse a la vida nacional a través del lavado de activos, la financiación de campañas electorales y de ejércitos contrainsurgentes.
En este escenario hubo un retorno de la competencia política, una pugna por abrir la democracia hacia un esquema más participativo con la descentralización y un gran cambio en la economía, pues el país pasó de ser cafetero a financiarse con los recursos naturales y, en el terreno ilegal, de la coca y otras rentas. También fue el último periodo del modelo de sustitución de importaciones, protección industrial, promoción y diversificación de las exportaciones .
La guerra sucia luego se escaló con el Estatuto de Seguridad a finales de los años setenta y luego, a partir de 1985, con el surgimiento de la Unión Patriótica (UP) y sus primeros éxitos electorales. Fue un tiempo de permanente estado de sitio, con un incremento de violaciones a derechos humanos, que obtuvo como respuesta la creación de un movimiento de defensores de estos derechos. El periodo terminó con la Asamblea Nacional Constituyente, una iniciativa que se presentó en medio de la oportunidad política que abrieron las conversaciones de paz con la guerrilla del M-19 y fue impulsada por movimientos sociales, por estudiantes universitarios que clamaron por unas instituciones más modernas y democráticas, y por los ánimos de reforma dentro de algunos sectores liberales y conservadores. La Constituyente es el segundo pacto nacional en el curso del esclarecimiento (el primero fue el Frente Nacional), pero mucho más pluralista, incluyente y enrutado hacia una democracia liberal.
¿Cómo se conectan las distintas guerras con el conflicto armado como columna vertebral? Esa es la historia que contaremos en los tres hitos de este periodo: 1978-El espejismo de la revolución; 1983-Proceso de paz de Betancur y 1984-La Guerra Sucia.