Los narcotraficantes buscaron muy pronto protección política y judicial, por lo que compraron campañas políticas y operadores de la justicia, así como militares. Usaron sus ejércitos privados para defender sus intereses a sangre y fuego. Esos cuerpos privados podían ser fácilmente movilizados, dado que, desde 1965, la ley de Defensa Nacional permitía a las unidades militares armar a civiles.
Según el expresidente Ernesto Samper Pizano (1994-1998) en conversación pública con la Comisión de la Verdad, la financiación de las campañas con dineros del narcotráfico se incrementó a partir de 1974.