El personaje que mejor encarna esa continuidad es Pedro Antonio Marín, quien a lo largo de su vida se conoció como Manuel Marulanda Vélez y fue por más de medio siglo el comandante de las FARC-EP. Marín era un joven comerciante de queso y madera cuando fue testigo de una brutal masacre ocurrida en octubre de 1949 en Ceilán, Valle, pueblo de mayoría liberal. Allí los Pájaros conservadores asesinaron a cerca de 150 personas y quemaron sus casas. Este fue, según su testimonio a diversos historiadores, el motivo de su vinculación a las guerrillas liberales.