Los pueblos negros combatimos en los dos bandos de la guerra de independencia: con los españoles que nos ofrecieron la libertad, y con el ejército independentista que hizo el mismo ofrecimiento.
Cuando Bolívar se refugió en Jamaica y en Haití, luego de que fracasara en su intento por liberar Venezuela, conoció al presidente de la República de Haití, el primer país libre de América, quien aportó a Bolívar más de 6000 fusiles, municiones, dinero y un grupo de voluntarios haitianos. Este apoyo decisivo para la independencia de la Nueva Granada fue brindado con la condición de que una vez consiguiera su objetivo, diera la libertad a los esclavos.
Los pueblos indígenas de la región Andina, la costa caribe y la Orinoquia también participamos del proceso de independencia, pero no fueron respetados nuestros derechos sobre los territorios ancestrales y los resguardos. Esta situación generó desconfianza en líderes como Juan Agustín Agualongo, militar de origen indígena que se enfrentó a los ejércitos de Simón Bolívar por el temor de que los independentistas les arrebataran los resguardos coloniales reconocidos a los pueblos indígenas en Nariño.