Luego del paro cívico, el país quedó en el filo del abismo. Para algunos historiadores, como Medófilo Medina, el paro es el hito que le da un quiebre al conflicto armado interno en Colombia. Antes de este, la guerrilla estaba en la lógica de «acumular fuerzas», estrategia que consistía en un trabajo clandestino de convencimiento a los diferentes pobladores mientras la guerrilla va ganando territorio en el campo. Pero este paro creó la ficción de que la insurrección popular, y por ende el triunfo de la revolución estaba cerca.
Los militares pensaban lo mismo: que el riesgo de una insurrección era real. En diciembre de 1977, apenas tres meses después del paro, los 33 altos mandos militares encabezados por el General Luis Carlos Camacho Leyva, comandante General de las Fuerzas Militares, y el ministro de Defensa le llevaron un borrador del Estatuto de Seguridad al presidente López, pero este se negó a adoptarlo. Su argumento era que así parecieran engorrosos, los controles y fiscalizaciones eran necesarias, por lo que las medidas excepcionales eran un riesgo para la democracia.
Clara López también recordó la situación en su contribución pública: «…vino Camacho Leyva a proponer el estatuto de seguridad, El doctor López le dijo “no, pues, lo vamos a estudiar, claro que sí”, lo expuso y tal y se lo llevó y eso no se volvió a hablar de eso. (…) Es que Turbay nombró de ministro de defensa a Camacho Leyva y él llevaba su estatuto debajo del brazo. Además, el estatuto era horripilante, era un compendio de todos los decretos de estado de sitio». (Entrevista 311-PR-02553. Mujer, Experta, Política)
Este hecho también lo mencionó otro funcionario del gobierno de López: «A cierto sector del ejército no le gustaba la amplitud democrática del gobierno. Una vez invitaron al presidente López a una reunión con generales. No estaba el General Abraham Varón Valencia y le mostraron una serie de publicaciones que ellos le parecían subversivas y la solicitud implícita era que el gobierno debía prohibir ese tipo de publicaciones. Yo acompañé al presidente López a esa reunión. Cuando termina la reunión el presidente López agradece la invitación y se levanta y nos vamos, no hizo el más mínimo comentario lo que era un comentario a voces. No le podía presentar a un liberal como él a hacer censura de prensa. Tiempo después, El estatuto de seguridad se lo propusieron a López y dijo que no». (Entrevista: 1272-PR-03611. Hombre, Alto funcionario, Gobierno de Alfonso López Michelsen)
Sin embargo, Julio César Turbay Ayala (1978-1982) lo adoptó apenas un mes después de haberse posesionado.