Palabras de Hugo Ramírez Arcos, investigador y profesor de la Universidad del Rosario
Puentes: caminos a un pasado vivo.
La apuesta de una arqueología del exilio es novedosa al menos por tres razones. La primera de ellas radica en la apertura de la Comisión de la Verdad frente a nuevas evidencias que van más allá de los escritos, abriendo la puerta a memorias hasta ahora no incluidas en otros escenarios de justicia transicional, descartadas como ‘“anecdóticas’” o desestructuradas. La segunda razón alude a la posibilidad que ofrece este proyecto de tejer lazos entre las memorias individuales y colectivas, donde la identificación con los dolores y los actos de resistencia del otro, juegan un papel fundamental en el camino a la reconciliación. Por último, y no menos importante, este proyecto dignifica estos ‘“tesoros’” que acompañan a las víctimas en el exilio, y nos da el privilegio de escuchar historias, junto con imágenes tomadas desde su perspectiva.
Estos fragmentos son tan valiosos, para quienes ya murieron, quienes no quieren recordar, y a muchos a quienes su precaria posición en el exilio les roba la voz para contar sus historias. Este es un valioso aporte, como una muestra de esas millones de historias de colombianos en el exilio cuyas narraciones nunca serán escuchadas.