Los participantes elaboran una historia de tiempo abierta en la cual incluyen eventos personales y colectivos que los marcaron como individuos y comunidad. Esta historia de tiempo se nutre también de imágenes, dibujos, frases cortas, sentimientos y emociones que los participantes van añadiendo al espacio en el que se construye: un tablero, una gran tela, unos pliegos de papel pegados, una pared destinada a ese propósito, el espacio virtual, etc.
Al cierre de la actividad, se dispondrá el mapa de tiempo en un lugar simbólico en donde pueda ser leído, comentado y nutrido por otros miembros de la comunidad.