Luego del fraude y la muerte del General Rojas Pinilla (1975), la Anapo perdió fuerza y las divisiones a su interior se profundizaron, hasta dejar de ser un partido relevante en la política nacional. Más adelante surgieron grupos más heterogéneos como la Unión Nacional de Oposición (UNO), FIRMES, el Frente Democrático y movimientos regionales como el Frente Amplio del Magdalena Medio, liderado por Ricardo Lara Parada, disidente del ELN, posteriormente asesinado por ese grupo insurgente. Estas corrientes de izquierda legal entraron en tensión permanente con la izquierda armada, lo que en ocasiones desató hechos de violencia, estigmatización y daño a los propios movimientos sociales.
Los miembros de estos terceros partidos, fuerzas o coaliciones sufrieron de estigmatizaciones y violencia. De acuerdo con los informes y entrevistas recogidas por la Comisión de la Verdad, casi siempre la persecución de estos grupos comenzaba una vez saltaban a la arena electoral y obtenían algún triunfo en las urnas.
El avance electoral de la Unión Nacional de Oposición (UNO), coalición fundada en 1972 por el Partido Comunista Colombiano (PCC) de la que formaron parte sectores disidentes del anapismo, liberales congregados en los movimientos Liberalismo Popular, Nuevo Liberalismo, Izquierda Liberal, Frente de Renovación Liberal, Movimiento de Izquierda Liberal y sectores de izquierda democrática, se frenó con violencia. En campaña las autoridades decomisaban propaganda de la Unión y en lugares como Cimitarra, Puerto Berrío o Puerto Boyacá (Magdalena Medio) miembros de la UNO fueron heridos o asesinados por dirigentes políticos de los partidos Liberal y Conservador.