A finales de marzo de 2008, mismo mes del bombardeo contra el campamento de Raúl Reyes, murió Manuel Marulanda -comandante de las FARC-EP por más de medio siglo- en algún lugar de la selva de Colombia. Por eso muchos lo han llamado el marzo negro de las FARC-EP. A pesar de que esa guerrilla había construido una dirección colectiva y un mando descentralizado a través de los Bloques, sin duda desde ese momento la organización quedó huérfana. La figura y autoridad de Marulanda no tuvo parangón dentro de las filas de esa guerrilla, en las que se le consideró hasta el final de sus días un mito.