El 29 de marzo de 1990 el ELN emboscó a una patrulla del Ejército, acción en la que murieron siete soldados. La retaliación la hicieron conjuntamente fuerzas policiales y militares junto a ejércitos privados liderados por los hermanos Rodríguez Orejuela, jefes del Cartel de Cali. El padre Tiberio Fernandez fue torturado y asesinado el 17 de abril de ese año. Su cuerpo fue encontrado en un recodo del río, pero sus acompañantes, incluida su sobrina, siguen desaparecidos.