Al final del gobierno de Alberto Lleras Camargo (1958-1962), el primero del Frente Nacional, la pacificación estaba en vilo. De manera premonitoria él había dicho en el discurso del Teatro Patria en 1958 que si Colombia no aprendía a vivir en paz durante los 16 años siguientes, «el problema no será si debe haber otra forma de gobierno (…) sino el de si no va a disolverse la nacionalidad misma, en la anarquía, en el cansancio, en la decepción, en la miseria». (Lleras, Antología, 381-93.)
El senador Álvaro Gómez Hurtado, hijo del expresidente Laureano Gómez, no pasó por alto las profundas grietas que se dibujaban en el proyecto de pacificación del Frente Nacional.
En un discurso pronunciado el 25 de octubre de 1961, a propósito de la declaratoria de estado de sitio, Gómez culpó al gobierno de Alberto Lleras Camargo de dañar el clima político que había logrado en su inicio el Frente Nacional:
«Pero si por lo menos, ya que no tenemos ejecutorías de orden administrativo, pudiéramos estar satisfechos con la situación de la paz pública; que por lo menos, ese fuera el fruto del Frente Nacional, tal vez pudiéramos estar conformes, si a cambio de todo eso, los colombianos pudiéramos vivir en paz. Pero tampoco y, no de cualquiera manera (…) No se ha caído en cuenta de que hay en este país una serie de repúblicas independientes que no reconocen la soberanía del Estado colombiano, donde el ejército colombiano no puede entrar, donde se le dice que su presencia es nefanda (…) Hay la república independiente de Sumapaz; hay la república independiente de Planadas, la del Río Chiquito, (...)» la de este bandolero que se llama Richard y ahora, tenemos el nacimiento de una nueva república independiente anunciada aquí por el ministro de gobierno: la república independiente del Vichada. La soberanía nacional se está encogiendo como un pañuelo; este es uno de los fenómenos más dolorosos del Frente Nacional». (Gómez Hurtado, «Documentos de la semana. El discurso de Álvaro Gómez», La Nueva Prensa)
Luego de este debate, las denominadas repúblicas independientes serían un tema de discusión en la prensa y en el mundo político. Álvaro Gómez instaba a recuperar estas zonas con el objetivo de evitar que el Ejército se desmoralizará. Este discurso le costó la vida a Gómez Hurtado 34 años después, cuando otros vientos políticos soplaban fue asesinado por las FARC-EP. Según esta guerrilla ese discurso justificó el ataque militar a los asentamientos del movimiento agrario comunista.