La Violencia tuvo dos olas: de 1946 a 1953, durante el gobierno y la dictadura conservadora, y de 1953 a 1957, durante la dictadura militar del general Gustavo Rojas Pinilla. En ambas hubo episodios de crueldad como masacres, descuartizamientos, quema de pueblos, que dejaron sed de venganza, agravios y humillaciones difíciles de olvidar.
A finales de los años cuarenta Colombia vivía una polarización extrema, que se expresó en el Congreso, donde una discusión sobre la reforma electoral terminó con el asesinato del representante liberal a la Cámara Gustavo Jiménez, en septiembre de 1949. Dos meses después, el presidente Mariano Ospina Pérez decretó el estado de sitio y, ante la inminencia de un debate que preparaban los liberales para deponerlo, cerró el Congreso, todos los órganos legislativos departamentales y municipales, y decretó la censura de prensa. Se instauró la dictadura civil. El Congreso duró cerrado nueve años. Ese mismo año fue elegido como presidente, Laureano Gómez en unas elecciones sin contradictores, lo cual aumentó aún más el odio.