Para finales de la década de los ochenta en el norte del Valle del Cauca y otras regiones del país los narcotraficantes se habían convertido en grandes terratenientes y ganaderos. Como consecuencia de las crisis cafeteras, se hicieron a tierras que les permitieron controlar rutas de salida por el occidente colombiano, para lo cual la región aledaña a Buga y Tuluá era estratégica. En la región se expandieron las propiedades de Iván Urdinola, Henry Loayza alias el Alacrán y Diego Montoya alias Don Diego. Todos ellos eran pertenecientes a la red de narcotraficantes liderada en aquel momento por los hermanos Rodríguez Orejuela.
Crédito de la imagen: Diario Occidente, 1990, FDO 018107, Trujillo en tensión, Santiago de Cali: Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero.