Carlos Lleras Restrepo (1966-1970), tercer presidente del Frente Nacional, fue el que mejor entendió que si las élites no hacían las reformas necesarias para superar la exclusión económica y política, las guerrillas tendrían un amplio campo de acción, especialmente en el sector rural donde creaban sus bases de apoyo. Lleras se empeñó en impulsar la reforma agraria (Ley 135 de 1961) que él mismo había defendido en el Congreso un lustro atrás y que había sido aprobada como un mecanismo de contención a la ola revolucionaria que inundaba al continente, pero que se había quedado en el papel.
En un discurso pronunciado en las riberas del río Sinú en 1969, el presidente Lleras expresó nítidamente su pensamiento sobre la reforma agraria: «Es un aspecto esencial de la reforma el de que aquellos campesinos que han pasado años y años trabajando en tierra ajena, pagando un arrendamiento o entregando parte de sus cosechas al propietario, se conviertan ellos a su vez en propietarios. Ya no podemos seguir viviendo una época de caciques, ¡arriba los caciques mangoneando, como suele decirse, abajo el pueblo obedeciendo!¡necesitamos la presencia viva del pueblo en la vida nacional, haciendo sentir sus aspiraciones, pesando como debe pesar en molde de la república!». (Señal Memoria, «Discurso Carlos Lleras - Campesinos Anuc - 1967», 18 de septiembre de 2015)