Al final del gobierno de Lleras Camargo la pacificación estaba en vilo. Para finales de 1962 un nutrido grupo de jóvenes estaba en Cuba recibiendo entrenamiento militar y político mientras la Guerra Fría entraba en uno de sus capítulos más tensionantes: la crisis de los misiles instalados por la Unión Soviética en la isla. Al regresar se darían a la tarea de fundar nuevas guerrillas, entre ellas el ELN y el EPL. El siguiente presidente del Frente Nacional, el conservador Guillermo León Valencia (1962-1966), fue elegido en unas elecciones donde brilló la abstención. Su modelo de pacificación se hizo con las armas.