El 4 de febrero de 2008, millones de colombianos salieron a manifestarse contra el secuestro en una marcha que resultó ser de rechazo a las FARC-EP. Los sentimientos de indignación pública con el juego político que esta guerrilla estaba haciendo con los civiles y militares secuestrados tenían indignadas a millones de personas. Sin embargo, la marcha, aunque organizada por personas independientes, también contó con una fina estrategia de comunicación de masas diseñada desde el ministerio de Defensa.