“Es importante para nosotros decir las cosas que ocurrieron por su nombre, no fue una conquista lo que nosotros tuvimos, si no una invasión, que fue violenta y que en la historia se normalizo la violencia hacia los pueblos indígenas, se nos trataron de barbaros, se instaló una historia que desconocía nuestras culturas. Es importante llamar las cosas por su nombre porque si no en el país no se va a tomar conciencia que los pueblos indígenas seguimos padeciendo múltiples violencias”. (Voz de mujer o autoridad étnica)
De la gran diversidad de pueblos indígenas u originarios que existen en el mundo, en Colombia existen aún 115 pueblos, primeros habitantes de lo que hoy se conoce como el territorio colombiano. Estos pueblos tienen idiomas, culturas y visiones de buen vivir, ciencias, historia propia, formas de gobierno e instituciones tradicionales propias, que son anteriores a la construcción de Colombia. La memoria y tradición oral de cada pueblo es de larga duración y preserva historias de los orígenes de los pueblos originarios de Abya Yala y del Tawaintinsuyo, territorios donde se construyó Colombia, se encuentran ubicados en lo que se ha denominado regiones, municipios, resguardos, parcialidades y territorios tradicionales y ancestrales indígenas.
La concepción de superioridad cultural ha sido la génesis sobre la cual se ha generado la dominación, la explotación y la exclusión de nosotros los Pueblos Étnicos. Desde el periodo de colonización se construyó un pensamiento dominante que violenta todas las formas de vida y cultura de los pueblos indígenas que habitaron ancestralmente el territorio, y de los pueblos negros y gitanos que llegaron al continente.
El proyecto colonial español utilizó diferentes estrategias contra aquellos pueblos considerados inferiores, buscando homogeneizar las comunidades originarias bajo un proyecto político monocultural, a través de una primera estrategia de invasión de los territorios ancestrales, y un posterior proceso asimilacionista en el siglo XVII y XVIII que obligaba a estas culturas a adaptarse al sistema político y cultural hispánico.
Bajo la bandera de la supremacía del pueblo invasor sobre los pueblos sometidos se autorizaba tomar posesión de los territorios, despojar, matar o esclavizar a quien hiciera oposición. La iglesia católica a través de su representante el papa Alejandro VI, legitimó la invasión violenta de los territorios indígenas con la expedición de 1493 mediante la cual donaba a los reyes castellanos todas las tierras descubiertas y por descubrir, incluyendo a sus habitantes.
“Con la llegada de los españoles, se inicia una historia de conflicto, de dominación y expropiación de nuestros territorios aún presente en nuestros días. Vinieron por nuestras vidas, nuestros cuerpos, nuestra sexualidad, nuestros saberes, nuestra cosmovisión, nuestros hijos y compañeros; nos obligaron a servirles, a aprender costumbres extrañas y ajenas a nuestra tradición, a negar nuestra espiritualidad y aprender una religión que nada tenía que ver con nosotras y nuestros pueblos”. (Voz de mujer o autoridad étnica)