Desde los años ochenta el ELN estaba en una campaña sostenida de sabotaje a la industria petrolera, que además contemplaba extorsión y secuestros a ingenieros y trabajadores, apropiación de las regalías, así como incidencia en el movimiento social, tanto cívico como sindical, para buscar la nacionalización de este recurso natural que para los años noventa era la principal fuente de financiación de la economía nacional.
Esta guerrilla se había expandido siguiendo la ruta del oleoducto Caño Limón Coveñas en las regiones del Sarare, Magdalena Medio, Catatumbo, oriente y nordeste antioqueño, y los departamentos de Bolívar y Sucre. También en el Valle del Cauca y sur del Cesar, donde proliferaba la agroindustria de caña de azúcar y palma africana. Estos epicentros económicos fueron la principal fuente de financiación de esta guerrilla, lo que conllevó profundos conflictos con empresarios, narcotraficantes y paramilitares en estas áreas.
Crédito de la imagen: La fuerza de la paz, 1997, Henry Agudelo, Biblioteca Pública Piloto/Archivo Fotográfico, BPP-F-045-0663, Biblioteca Pública Piloto de Medellín.