El 28 de abril de 1983 Jaime Bateman Cayón (líder del M-19), se montó en una avioneta privada rumbo a Panamá, donde se reuniría con un emisario del Gobierno colombiano para avanzar en una propuesta de paz. Poco antes de llegar a su destino, la avioneta desapareció del radar y no fue encontrada sino hasta un año después junto a los restos mortales de sus ocupantes. Este fue el primer revés del proceso de diálogo con el M-19 que para principios de los años ochenta tenía la iniciativa militar y política en el conflicto armado interno de Colombia.