En medio del auge de estas organizaciones en Antioquia el abogado y defensor de derechos humanos Jesús María Valle había dicho que se estaba «exportando, a través de una concepción equivocada del orden público, violencia para departamentos pacíficos como los de la Costa y Chocó. Estamos exportando violencia, a través de las Convivir, a todo el país». El abuso con las Convivir llegó a tal extremo que los propios jefes paramilitares sabían que tenían los días contados. Según el relato de Salvatore Mancuso a la Comisión de la Verdad, la visión que tenía Carlos Castaño consistía en que llegaría el momento en que «el Gobierno tendría que ilegalizar las convivir nuevamente porque era vox populi que eso era un grupo paramilitar que estaban formando para pelear contra la guerrilla. Entonces él decía que esos grupos iban a terminar siendo absorbidos por las autodefensas» (Entrevista 651-AA-00001. Hombre, exparamilitar, comandante, Autodefensas Unidas de Colombia -AUC)).
Un "oficial de alto rango del ejército colombiano" dijo a funcionarios estadounidenses en julio de 1997 que había "problemas serios'' con el movimiento legal 'Convivir', según este informe de inteligencia militar. El oficial anónimo comparó a las Convivir con las "Rondas Campesinas" en Perú, clasificándolas de "muy difíciles de controlar". Le dijo a los EE. UU. que “una vez que los campesinos están armados y les gusta el poder y el dinero fácil, es difícil desarmarlos y mantenerlos bajo un estricto control del gobierno”. Según el coronel, el Ministerio de Defensa estaba al tanto del "potencial de las Convivir para convertirse en paramilitares de pleno derecho", pero se mostró "renuente a admitirlo públicamente".