Desde el 14 de abril de 1993 el ministro de defensa, Rafael Pardo, fue informado de que uno de los oficiales de alto grado de la Policía mantenía contacto con Carlos Castaño. Aunque Pardo pidió que fuera relevado y que suspendieran las comunicaciones, la colaboración con los Pepes continuó hasta la muerte de Pablo Escobar. Ante esta realidad, Cesar Gaviria envió mensajes públicos exigiendo a los Pepes su desmonte.
El 17 de abril de 1993, los Pepes anunciaron su desmonte y un cese al fuego. Sin embargo, como lo dijo un integrante de esa organización, se trataba de disimular su cercanía con la Policía. Como medida para esto, decidieron cambiar de estrategia y dejar de marcar a sus víctimas con letreros en los que asumían la autoría de los hechos.
Artículo 6: El gobierno estaba batallando para controlar los narcóticos y la forma de impunidad en la que operaban. El presidente admitió que todos compartían un mismo objetivo pero que tenía que capturar a los criminales con los esfuerzos del Bloque de Búsqueda y la captura del cartel de Cali.