La canción El empiezo, compuesta y grabada en las veredas de Piedecuesta, Santander, por Edson Velandia, es una exaltación de la identidad campesina. En palabras de Velandia, también es un “reconocimiento a campesinos y campesinas como luchadores en resistencia y víctimas de una guerra en la que no tuvieron el apoyo de la sociedad entera. Y es un acto de perdón a través de tres presentes simbólicos: carta, aguardiente y mi voz”. Velandia reconoce en la canción el error de todos aquellos que hemos ignorado las problemáticas de los y las campesinas y se compromete a acompañarlos en el futuro.