La DEA entendía que detrás de la guerra contra Pablo Escobar, los de Cali tenían fuertes intereses económicos. Para entonces ya tenía información de que este cartel financiaba campañas al Congreso y hacía pagos de nómina a oficiales de la Policía. Ese peligro lo tenían claro desde la Embajada de Estados Unidos que veía en los Rodríguez Orejuela, jefes del Cartel de Cali, y sus socios un riesgo tan grande como el de Escobar.
Así lo señalaba un documento de la embajada de Estados Unidos en Colombia en 1993: «Gaviria debe evaluar la amenaza que supone para su gobierno el Cartel de Cali. Está claro que Cali ha estado persiguiendo su propia agenda durante todo el asunto de Escobar, seguramente la penetración del Bloque de Búsqueda de Medellín ha sido uno de sus objetivos, y corromper a oficiales de policía es un viejo juego para ellos (…) la información de inteligencia que indica que oficiales de alto nivel están operando a sueldo del Cartel de Cali, podrían mejorar drásticamente la posición de Cali» (Embajada de Estados Unidos, «19930806-PepesTangledWeb», 1993 -NSA).
Crédito de la imagen: Diario Occidente, 1983, FDO 07883, Miguel Rodriguez Orejuela, Santiago de Cali: Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero