El Frente Nacional produjo indiferencia política manifestada en la abstención. Los partidos se fueron homogeneizando al punto en que coloquialmente se decía que la diferencia entre conservadores y liberales era que mientras unos iban a misa de 6 am otros iban a la de 8 am. El resultado final del pacto político es que el liberalismo finalmente quedó incorporado a la democracia, pero se limaron sus ímpetus reformistas. Más bien, todo el sistema mantuvo una tendencia conservadora y adaptativa. El clientelismo es el resultado más tangible de ello. Al mismo tiempo, los partidos políticos se desconectaron de la población y el inconformismo se expresaba cada vez más por fuera de los mecanismos institucionales.
Un dirigente político que hizo parte del oficialismo liberal, reconoció a la Comisión de la Verdad que: «Entonces no había vías de escape para la inconformidad ciudadana en esas regiones. No tenían poder de disentimiento. Las listas de candidatos al Congreso las hacían los jefes de los partidos en Bogotá en sus directorios. La gente no podía participar, la gente no podía decidir. Entonces decían “no, pero es que se hizo la paz con el Frente Nacional” y tal. Sí, se hizo la paz política entre los partidos políticos, para repartirse el poder los mismos políticos, pero no dejaron avenidas donde circulara la renovación generacional, ni la expresión de la inconformidad ciudadana». (Entrevista 142-PR-03174. Hombre, Dirigente Político, Partido Liberal)
Se suponía que al amparo del Frente Nacional se realizarían las reformas institucionales necesarias para evitar un resurgimiento de la violencia y crear un Estado por encima de los partidos. Ciertamente algunas se hicieron, en particular durante el gobierno de Lleras Camargo y Lleras Restrepo. Sin embargo, no se sostuvieron en el tiempo.
El acuerdo político entre los partidos trajo estabilidad y sentó las bases de un Estado moderno, sin embargo, se deterioró la dinámica política por falta de competencia, por el debilitamiento del pluralismo ideológico y por la represión. Durante el Frente Nacional los colombianos vivieron 3848 días en estado de sitio. En promedio, después de 16 años de alternancia política el país y algunos territorios en particular fueron declarados en perturbación por más de 10 años. Al terminar, el descontento iba in crescendo. Los ciudadanos empezaban a buscar formas de organización y representación diferentes a los partidos Liberal y Conservador.