Para mediados de los años setenta Colombia ya era un país urbano. Tan solo entre 1951 y 1964 el porcentaje de población urbana pasó del 38,69 por ciento al 52,01% y en 1973 alcanzó el 59,12%. Este proceso coincidió con el auge de los movimientos cívicos, casi todos regionales, que reclamaban bienes y servicios del Estado.
Si bien durante el Frente Nacional (1958-1974) y los años que siguieron hubo mejoras sustanciales, no eran suficientes. Aunque se pasó de 28,8% de cobertura en acueducto en 1951 a 62,7% en 1973 y de 25,8% al 57,6% en acceso a energía eléctrica el mismo periodo, en 1973 el 70,5% de la población reportaba una Necesidad Básica Insatisfecha (NBI), esto es, sin acceso a vivienda con materiales adecuados o en hacinamiento, sin agua potable ni ingresos económicos para satisfacer necesidades básicas. En cabeceras urbanas el porcentaje era del 58,9% y en el resto del territorio ascendía al 88,4% de la población.
Además de la falta de condiciones de vida digna, el costo de vida en la década de los setenta fue bastante alto. La inflación pasó de 6,83% en 1970 a 28,30% en 1977. El malestar social iba en ascenso. Mientras que en los años sesenta el promedio de protestas fue de 139 al año, solo hasta 1973 los años setenta acumulaban un promedio de 944 protestas anuales -principalmente por la movilización campesina del 71- y a partir de esta fecha, la década presentaría importantes picos de movilización como el de 1975 con 722 acciones.
Crédito de la imagen: López, Luis,1983, FDO06758, Transporte irresponsable, pasajeros en sobrecupo, Santiago de Cali: Biblioteca Pública Departamental Jorge Garcés Borrero.