Así, con la anuencia de los políticos liberales y conservadores de ese departamento, el 22 de marzo de 1965 comenzó la intervención militar contra el movimiento agrario de autodefensas comunistas de las regiones del Pato y Guayabero. Los bombardeos del Ejército y la ocupación militar causaron un éxodo masivo de los pobladores de la región, en lo que aún se conoce en su memoria como «la marcha de la muerte».