La Comisión de la Verdad reconoce que la inmensa mayoría de los miembros de la Fuerza Pública de Colombia ha trabajado honestamente por un país mejor. Prácticamente sin excepción, los militares escuchados por la Comisión afirmaron que entregaron su vida por un país mejor. La inmensa mayoría fue a la guerra cumpliendo a cabalidad con la ley y la Constitución. En gran parte de los territorios construyeron confianza con la población y fueron garantía para que los grupos guerrilleros o paramilitares no instauraran regímenes autoritarios y violentos.
Sin embargo, en un país con más de nueve millones de víctimas y con patrones de violaciones a los derechos humanos y al DIH, como las ejecuciones extrajudiciales, es necesario reflexionar sobre la doctrina, la estrategia, el liderazgo y los valores que imperan en las instituciones que ejercen el monopolio legítimo de la fuerza.