Para cuando el presidente Belisario Betancur tendió el ramo de olivo a las guerrillas, otro gran obstáculo de la paz se estaba incubando: el paramilitarismo. Las coaliciones violentas que dieron origen al paramilitarismo desplegaron una brutal violencia contra quienes buscaron competir por el poder local y regional, y Pablo Escobar buscó doblegar al Estado mediante secuestros y atentados. El movimiento Muerte a Secuestradores (MAS), creado por el Cartel de Medellín, ya era una realidad en todo el país y el narcotráfico pujaba por entrar a la política y encontró en su vinculación a la guerra un camino para ello.