"Ese día llegó personal del Ejército a realizar un allanamiento en mi casa, sin ninguna orden ni documento legal, ya que el país se encontraba en estado de excepción [...] Hacía mucho frío, mi madre me pidió algún abrigo, yo le di este chal que era lo que tenía a mano. Días después la pude visitar en la cárcel donde la tenían detenida. El día que la dejaron en libertad recibimos una amenaza de un grupo paramilitar, así que tuvimos que salir al exilio, donde llevamos 23 años. Agradezco el exilio porque nos salvó la vida".