Las causas sociales y políticas del conflicto armado interno se remontan a los años veinte y treinta del siglo XX, en los cuales se expresan lo que algunos llaman «fallas geológicas» en la construcción de la nación: «la cuestión agraria, la debilidad institucional, la honda desigualdad de los ingresos, la tendencia al uso simultáneo de las armas y las urnas, o la presencia precaria del Estado en muchas regiones del territorio nacional».
(Pizarro Leongómez, «Una lectura múltiple y plural de la historia», 20.)
A estas causas, la Comisión de la Verdad suma algunas violencias estructurales cuyo vínculo con el conflicto armado interno ha sido hasta hace poco invisible: el patriarcado, el racismo y las múltiples discriminaciones por clase social, región o corrientes de pensamiento.