Con el endurecimiento de los controles a la zona de distensión por parte del Gobierno, las negociaciones de paz entraron en una crisis de la que no se recuperarían. El 17 de octubre de 2001 las FARC-EP se levantaron de la Mesa de Diálogo y las conversaciones no se reanudarían hasta enero de 2002.
En ese momento la encuestadora Napoleón Franco mostró un cambio en la opinión de los colombianos: un 76% de los encuestados creían que el proceso de paz no había sido positivo para el país y el 52% pensaba que la paz no se alcanzaría en los próximos cinco años. El 92% consideraba que el problema que más afectaba a la población era la violencia. Las FARC-EP eran el actor político menos popular: 3% de favorabilidad contra un 91% de desfavorabilidad, seguidas de los paramilitares que eran aprobados por un 13% de favorabilidad y desaprobados por el 78%.