Durante la elaboración del Informe Final se incluyó el proceso de auditoría de datos, el cual consistió en revisar, homogeneizar y garantizar la replicabilidad de la información cuantitativa que condujo a las afirmaciones hechas en cada volumen.
Para hacer más fluida la revisión, cada volumen incluyó un anexo estadístico en el que se describieron los procesos de análisis de datos, la estandarización de las fuentes, el cálculo de las cifras presentadas, y su interpretación, visualización y coherencia. La auditoría de datos se dividió en tres fases:
En esta fase se revisó que las bases de datos utilizadas estuvieran actualizadas, se verificaron las cifras y cálculos y se actualizaron cuando se encontraron inconsistencias.
El equipo de Analítica, junto con investigadores de cada volumen, se encargaron también de verificar las fuentes y revisar los porcentajes, números, rangos, estructuras, denominadores, tipos de gráficos y base de cálculo para los indicadores a través de un proceso llamado chequeo cruzado. Un analista y un editor analizaban y revisaban los volúmenes sobre el documento Word, en línea y con control de cambios:
En esta fase se revisó la coherencia de las cifras respecto a los argumentos. Los analistas se fijaron en que las interpretaciones de las cifras, indicadores, estimaciones y pruebas estadísticas fueran correctas y, en caso de que existieran dudas, se pidió a los autores y editores de los volúmenes que las analizaran de nuevo.
En esta fase se rastrearon precedentes y dependientes, se comprobaron errores y se evaluaron fórmulas. Los responsables de la analítica recalcularon las estadísticas o ajustaron las fuentes de acuerdo a los comentarios y alertas hechas por el equipo auditor. Así terminó el proceso para robustecer la solidez cuantitativa de la investigación.