La experiencia internacional ha demostrado que es altamente probable que en los países que han tenido acuerdos de paz la violencia persista. Colombia no fue la excepción, la paz completa está lejos de consolidarse y en este nuevo escenario bélico, tal y como ocurrió al inicio de otros ciclos violentos, se combinan viejos legados de la guerra con nuevos contextos. En la actualidad enfrentamos una serie de confrontaciones regionales fragmentadas, que, aunque no están del todo desconectadas entre sí, a diferencia de las décadas anteriores, no tienen como columna vertebral la disputa por el poder político ni el control del Estado. A la falta de implementación de las reformas estructurales que se estipularon en los acuerdos de paz, se le suma que el país tiene que afrontar el problema del narcotráfico y rentas ilegales que nutren la actual violencia.
Asesinato de Combatientes, Comisión de la Verdad. 2020.